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Navidades y los hijos: sobriedad, educar en el consumo





Por José Luis Ruiz de Alba Robledo de www.foroedu.com


El verdadero sentido de la Navidad

El Papa Juan Pablo II recordó en muchas ocasiones que hay que evitar una «mentalidad consumista» en estas fechas, que, presentada «de manera insistente» por los mensajes publicitarios, contrasta con la sencillez con que nació Cristo. También nos advirtió que esa mentalidad hace a la Navidad correr el riesgo de perder su sentido.


Nos recordó que «Incluso la bella tradición de intercambiarse regalos entre familiares y amigos con motivo de la Navidad, ante la embestida de una cierta mentalidad consumista, corre el riesgo de perder su auténtico sentido navideño ».

La Navidad: una fuente de alegría

En Navidad celebramos la Encarnación de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Dios Eterno que toma nuestra naturaleza humana y se hace hombre.

Es la mayor alegría que puede tener la humanidad: Dios se hace uno de nosotros. Nos ha nacido Dios. Nace como todos nacemos, pequeño, quizás para que podamos acercarnos a El, sin miedo. Nos da lecciones de humildad. También nos da lecciones de pobreza.

Jesús nace pobre en Belén

Jesús nace pobre en Belén. No es sólo algo bonito. Nos brinda auténticas lecciones de pobreza que hay que saber aprovechar. Es una realidad para meditar. Algo de lo que se deben sacar enseñanzas prácticas. No seamos ciegos ante esta realidad. Dios nos quiere enseñar con su ejemplo. La pobreza buscada por el Señor tiene un valor que nos toca descubrir.

Educar en el consumo: no es malo consumir

Hay que estar prevenidos ante el riesgo del consumismo, pero no de consumir. Tener cosas, en principio, no es inmoral. Todos los seres humanos tenemos necesidades. Lo malo sería tener desordenadamente. Tener en exceso, despilfarrar, no saber ayudar a otros que pasan necesidad.

Buscar un consumo razonable

Enseñar a los hijos que tenemos necesidad de consumir. Hacerles ver que muchas personas se ganan la vida honradamente comerciando y prestan un buen servicio a la sociedad. Orientarles hace un consumo razonable.

A veces se pueden consumir cosas que no son estrictamente necesarias pero que alegran la vida y suponen un descanso.

Nada en demasía

Nada en demasía: palabras de Solón que se atribuyen también dos siglos más tarde a Sócrates. Huir de excesos parece algo recomendable.

La moderación es ese estado en el que uno puede ser dueño de uno mismo, tarea nada desdeñable.

No consumir en exceso: que los hijos vean que es normal que falten cosas

En cualquier caso la moderación siempre será un baremo: no consumir en exceso. En caso de dudas quizás sea más formativo quedarse cortos y que los hijos vean que en cada se va un poco ajustado y que es frecuente que falten cosas.

La mejor herencia

Cicerón señalaba que la mejor herencia que los padres pueden dejar a sus hijos, más preciosa que todos los patrimonios del mundo es la gloria de la virtud y las buenas obras. (Oficios, 33)

Un regalo para Navidades: enseñarles a valorar y vivir la sobriedad

Hay regalos que duran poco, apenas unas horas. Otros unos días. Hay regalos que pueden durar toda la vida.

Quizás estés pensando qué regalo hacer a tus hijos esta Navidad. Está en tu mano en hacerles un regalo especial, que sea para siempre. Si el regalo para tus hijos consiste en enseñarles a vivir una virtud, ese aprendizaje les acompañará durante toda su vida y les podrá servir en infinidad de ocasiones que se le presentarán y en las que ya no podrás estar junto a ellos para ayudarles. Si les enseñas a vivir la sobriedad les habrás hecho un regalo muy útil.

Con este regalo les estás dotando de autonomía y capacidad de mejorar.

El consejo de un santo: vivir sobria y templadamente

San Josemaría, en el punto 631 de Camino, nos recomienda: "Despégate de los bienes del mundo. -Ama y practica la pobreza de espíritu: conténtate con lo que basta para pasar la vida sobria y templadamente. -Si no, nunca serás apóstol."

La moderación te puede proporcionar dosis de felicidad. Los excesos frecuentemente traen aparejadas tristezas.

Santa Teresa se conformaba con una sardina

Decía Santa Teresa que para hacerla feliz era suficiente una sardina.

Enseñar a los hijos a contentarse con poco. Para divertirse no hacen falta cosas extravagantes. "Si no tengo la Play Station no puedo jugar...". "Si no tengo este video juego no lo paso bien". ¡Ojo a las adicciones!

Estado de permanente insatisfacción

Darles cosas continuamente a los hijos, les puede generar un estado de permanente insatisfacción. Cada vez pedirán más cosas. Querrán renovar lo que tienen. Serán insaciables. Unos pequeños tiranos que exigen a sus padres continuamente. No sabrán disfrutar de lo que tienen porque no se les ha enseñado a valorarlo, entre otros motivos porque no les ha costado nada.

Se valora más lo que ha costado esfuerzo

Cada familia es libre para educar a sus hijos como quiera. Para que los hijos sepan lo que cuestan las cosas, puede ser una buena experiencia que se ganen el dinero para comprar sus cosas.

Esto habrá que hacerlo con flexibilidad y sin excesos, pero sí que es bueno que tengan pequeños trabajos y sepan lo que cuesta ganar dinero y el valor de las cosas. Lo que vale cuesta y lo que ha costado esfuerzo se valora más que lo que te han regalado.

Sobriedad

Significa dominio de sí. Dominio viene de "dominus", (señorío en latín). Ser señor de uno mismo, gobernar los propios actos es algo que confiere dignidad, estabilidad a las personas.

Tenerles cortos de dinero

Es una medida de sentido común y también muy educativa que les ayude a valorar lo que cuesta conseguir dinero.

Aprender a negarse para no hacerse personas blandas

Si los hijos desde pequeños no aprenden a dominarse, a negarse en cosas concretas, se irán haciendo blandos y estarán más indefensos ante las contrariedades de la vida.

Más vulnerables

Vulnerable, viene de "vulnera", (herida en latín). Todos somos vulnerables, podemos sufrir heridas o ataques en la vida que afecten a nuestra personalidad a nuestra vida moral.

Los que son más blandos por falta de templanza y de fortaleza son más vulnerables. Los hijos flojos están más expuestos a los riesgos de todo tipo.

Templanza: te juegas la libertad

Usar las cosas con moderación. No caer en excesos. Lo que te juegas es la libertad. Si consigues moderar, controlar los impulsos serás más libre.

Esta virtud te proporciona vigor en el alma.

Consumismo, caprichos

La sociedad de consumo nos incita constantemente a efectuar compras, por intereses comerciales. Todos nos sentimos solicitados por tantos productos realmente atractivos, muchos son de gran utilidad.

Presión de los anunciantes

Existe una fuerte presión de las empresas anunciantes. Los anuncios publicitarios ya forman parte de nuestra cultura audiovisual. Conocemos perfectamente su lenguaje. Habitualmente nos sometemos voluntaria y pasivamente a largas sesiones de anuncios, casi de manera automática. Esos anuncios además en cierto modo descansan y divierten: algunos son realmente atractivos y tienen un gran valor creativo y gozan de originalidad.

Hay que saber que te están estimulando y van a procurar crearte necesidades. Hay que tener presente que están conformando nuestra manera de pensar y van a pretender crearnos necesidades y pueden influir en las decisiones de comprar. Puedes enseñar a tus hijos a tener una actitud abierta y al mismo tiempo atenta ante los anuncios para no dejarse manipular.

Deporte navideño: shopping

Cuantas veces salimos a la calle sin una idea clara de qué hacer y acabamos haciendo shopping. Los comercios suelen ser establecimientos muy atractivos.

Es evidente que en Navidades en las sociedades más desarrolladas hay gran ambiente de compras. Basta salir a las zonas comerciales a cualquier hora para comprobarlo. Ver comprar a otros anima a hacerlo. Existen las compras compulsivas. Esto se puede explicar a los hijos mientras se va de compras, deliberar con ellos una compra u otra.

Comparar precios

Aunque a veces lleve más tiempo, es bueno ver con los hijos los distintos precios que tienen los productos en función de los establecimientos y de las marcas.

Distinguir marcas y calidades

Convendrá explicarles el sentido de las marcas comerciales. No es malo acudir a marcas de prestigio. Pero es bueno que la marca no sea el único criterio que utilicen a la hora de elegir el producto.

Quizás se pueda prestar más atención a la calidad. También analizar la relación entre precio y calidad. Si algo es caro lo normal es que sea bueno y dure más tiempo. Pero también puede haber cosas más baratas que merezcan la pena adquirir en función de esa relación precio-calidad. Habrá que ver en cada caso. Deliberar un poco antes de la compra puede ser formativo en sí.

No se trata sólo de ahorrar, ni de no gastar, sino de ser personas que actúan de manera inteligente

Que aprendar a ser dueños de sí mismos

Aprender a dominarse. Quien no se domina puede vivir a merced de caprichos, instintos, manipulado por otros.

Padres esclavos de niños consentidos

Qué cosa más desagradable ver a un niño consentido. No dejar que se hagan pesados pidiendo continuamente. No ceder. No siempre que haya una salida tiene por qué haber una compra.

Es triste ver a padres esclavos de sus hijos consentidos. A parte de que los padres se esclavicen, también están esclavizando a sus hijos.

Después de un viaje quizás traer algo para todos

Después de un viaje algunos padres tienen la costumbre de traer un regalo para cada uno de sus hijos. A parte de que pueden crearse agravios entre ellos, hay otros motivos por los que puede ser más formativo no hacerlo.

Quizás sea mejor solución traer algo "para todos". Puede ser algo decorativo para la casa. O algo que se pueda consumir entre todos: unos dulces típicos de la zona, u otros productos.

No siempre después de un viaje hay que escuchar: ¿Qué me has traído? Quizás suene mejor: ¿qué nos has traído?

Libertad sin esclavitudes

Esclavitudes a las que puede verse sometida cualquier persona sin ser consciente. Esclavitudes presentes o esclavitudes futuras que se van labrando hoy por la falta de voluntad.

Esclavos de los caprichos. esclavos de comodidades sin las cuales la vida parece insufrible.

Darles menos cosas: que tengan lo justo

No se trata de ser ahorrativos ni espartanos, sino de acostumbrarse a no crearse excesivas necesidades.Que tengan lo justo.

De vez en cuando algún extraordinario

Es bueno disfrutar e incluso de vez en cuando hacer algún gasto extraordinario dentro de las posibilidades para no caer en rigorismos. Un día de fiesta, un aniversario, una celebración familiar.

Quizás sea bueno que valoren que ese pequeño esfuerzo luego habrá de ser compensado con recorte en otra cosa para equilibrar. Esto tiene un efecto pedagógico. Se trata de que no se vean como cosas imprescindibles, porque ahí comenzaría el problema.

Pequeño chantaje: no me quieres

Si alguna vez un hijo reprochara a sus padres que no se siente querido porque no recibe los regalos que espera sería una buena ocasión para examinar cómo se les está educando.

Habría que hacerles ver que eso en una especie de "pequeño chantaje". Explicarles en qué consiste el verdadero cariño. Todo lo que unos padres hacen por sus hijos que le dan lo que más les conviene.

Peligro de pensar que no les quieres si no te vuelcas con regalos

Te puede entrar cargo de conciencia: a ver si no les quiero lo suficiente al privarle de regalos. No hay que preocuparte. El cariño no hay que medirlo en regalos. Es más si hay que acudir a regalos puede ser señal de que le estás negando otras cosas.

El mejor regalo exigirles

Educar a los hijos en un clima de exigencia en la mejor ayuda que se les puede prestar. Aunque sea costoso es lo más eficaz.

Exigencia que no implica falta de cariño. Al contrario, el no exigir normalmente denota una falta de fortaleza que impide ejercer la caridad. Lo que realmente ayuda es la verdad. Ponerles frente a la realidad. Esto no separa, al contrario lo que más une es tratar a los hijos con confianza y pedirles aquello que en conciencia ves que has de pedirles, aunque te cueste. Te lo agradecerán, aunque quizás tengan que transcurrir unos cuantos años.

Menos regalos y dedicarles más tiempo

A lo mejor puede ser más costoso para unos padres dedicar toda la mañana de un sábado para ir a verles a una competición deportiva. O salir con ellos a montar en bici justo ese día en que el padre tiene un partido de padel interesante con sus amigos o que la madre tenía un plan sugerente con varias amigas.

Dedicarles tiempo personal a cada uno

Habla uno a uno con tus hijos, escuchándoles. Dejándoles que se esplayen. Interesándose por sus cosas. Preguntándoles con verdadero interés. Ese es el mejor regalo. Lo que les va a llenar y a hacer felices.

Aprovecho ahora que puedo para regalarles cosas, quizás todo lo que yo no pude tener

Existe un sentimiento muy humano de dar a los hijos aquello que quizás uno no pudo tener de pequeño. También el aprovechar el presente para volcarse con los hijos pensando en el día en que ya no estarás. Uno puede ser indulgente con uno mismo pensando, quizás no es lo mejor para ellos, pero prefiero pasarme que quedarme corto.

Piensa que las cosas que les compres, pasarán al olvido y no les harán mejores. En cambio el tiempo que les dediques jamás lo olvidarán y les irá formando.

Cuando pasen los años tus hijos se acordarán de las conversaciones que hayas tenido con ellos, de los chistes que les hayas contado, de los buenos momentos compartidos más que del patinete, de la muñequita o de la última Play.

Pedirles cosas

Que den cosas a los que lo necesitan. Que no acumulen juguetes que no ulitizan. Acostumbrarles a que cuando haya juguetes que ya no utilizan y que siguen en buen estado, se lleven a lugares donde los puedan repartir. Que ellos mismos los preparen e ir con ellos a esos lugares. A ser posible que vean a los niños que se van a beneficiar con esos juguetes.

Búsqueda del Comfort

Recuerdo que hace años en una comida de trabajo para celebrar las Navidades uno de los asistentes comentaba que se había comprado un coche y se le llenaba la boca diciendo: "tiene un gran comfort". Nos miramos de reojillo, pensando: ¡vaya pegote que se acaba de tirar! Quedaba un poco ridículo.

Un lastre: el exceso de comidades.

El lujo, los excesos, pueden llegar a sofocar los buenos sentimientos. El exceso nos va haciendo más egoístas.


Brindar a los hijos excesivas comodidades y facilidades les puede suponer un lastre para su progreso personal. Un peso muerto que les permita elevar sus miras hacia objetivos más elevados, hacia el compromiso personal que siempre exigirá renuncia.

Para subir: soltar lastre. Ligeros de equipaje

Como los globos aerostáticos que para subir han de soltar lastre. También los buenos buceadores para bajar más rápido se ponen pesos en el cinturón y cuando se ven en peligro y han de subir rápido se desprenden de él para no ahogarse.

Para subir hay que soltar lastre, pesos muertos. Ir por la vida "ligeros de equipaje".

Convertir lo supérfluo en necesario

Muchos convierten lo supérfluo en necesario. Hay que hacer examen personal para distinguir y no vivir engañándose.

Nunca es poco lo que es bastante

Séneca decía que nunca es poco lo que es bastante, nunca es bastante lo que es mucho. Se pueden dar algunas vueltas a estas palabras sabias.

Algunas sugerencias para concretar

A modo de concreción se ofrecen algunas sugerencias:

En las comidas no consentirles caprichos. Que coman todo lo que se sirvan.
No comer a deshoras. Evitar asaltos a la nevera.
Bebidas alcohólicas. Que os vean con sobriedad. Son especialmente graves las consecuencias que provienen de un uso indebido del alcohol.
Salidas. No excesivas salidas al cine, a parques de ocio, etc. Hacer con ellos la programación que vean que no es solo algo que reciben como un derecho. Que sepan el tiempo de que disponéis y lo que valen las cosas.
Tenerles cortos de dinero.
No consentirles caprichos.
Moderación en los regalos.
Uso de los teléfonos móviles: normalmente no sea necesario que lo lleven siempre encima. Quizás en algunas circunstancias.
Una manera de vivir la virtud cristiana de la pobreza es enseñarles a aprovechar el tiempo. Para ello fomentar el tiempo personal dedicado a la lectura. Hacerles un plan de lecturas para las Navidades.
También que tengan un horario cada día y que todos los días dediquen un tiempo mínimo a estudiar.
Uso moderado de la televisión, cine, vídeos.
Horario de uso de internet: tiempo máximo diario. Tener las conexiones en zonas comunes de la casa.
Llevarles a visitar personas necesitadas: familiares, amigos, lugares dedicados a la atención de personas en circunstancias desfavorables. Esto fomenta la generosidad y evita pensar en uno mismo.


No sé decir no

Un niño estaba acabando con todo lo que había sobre la mesa en aquel desayuno y parecía que no pensaba parar hasta terminar con todo. Su padre le intentó reconducir con suavidad: "¡niño, para ya...que vas a reventar!". El niño con gran seguridad y creyendo hacer una gracia le respondió: "es que no sé parar".

Su padre se quedó pensativo y dijo: "ese es el gran problema que tenemos contigo, que no sabes decir no".



Niéguese a sí mismo

Si quieres que tus hijos sigan de cerca de Cristo habrás de ayudarles a meditar y a vivir sus palabras: "dijo Jesús a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mateo, 16, 24)

Es muy importante ejercitar en la renuncia personal, negarse a uno mismo.

En esto los padres han de ir por delante con el ejemplo. Ellos se fijan y toman buena nota.

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