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Aprende a vivir con entusiasmo



Hay personas que por naturaleza son más entusiastas que otras, viven la vida intensamente, disfrutan de todo lo que les rodea y contagian a los demás, transmitiéndoles energía y alegría. Aunque esta capacidad sea innata, también se puede aprender y desarrollar, veamos por tanto qué podemos hacer para conseguir vivir la vida con entusiasmo.

1. ¿Qué es vivir con entusiasmo?
2. Rasgos más comunes de las personas entusiastas
3. Actitud ante la vida
4. Aprende a vivir con entusiasmo

1. ¿Qué es vivir con entusiasmo?



Entusiasmo. Disfrutar con plenitud de todo lo que hacemos y valorar lo positivo que nos rodea

Vivir con entusiasmo significa vivir con intensidad todo lo que acontece en nuestra vida. Saber ilusionarnos y disfrutar de cada día con plenitud, sacando lo positivo de cada momento, y valorando y admirando lo mejor de lo que nos rodea; la belleza de la naturaleza, el valor del esfuerzo, la familia, los hijos, los amigos, el amor, la generosidad con los demás.

Se trata de sacar el máximo partido a todo lo que hacemos y disfrutar plenamente de ello, tanto de nuestro trabajo como de las actividades de ocio o descanso. El verdadero entusiasmo nos lleva a conocer y saborear la vida, y a intentar experimentar y conocerla en profundidad para disfrutar intensamente de todo lo que nos ofrece.

2. Rasgos más comunes de las personas entusiastas



Las personas entusiastas son personas con inquietudes que continuamente desean realizar algún tipo de actividad, conocer otros lugares o tratar a fondo a otras personas. Son alegres y poseen mucha energía.

Buscan experiencias profundas y emociones nuevas. Suelen ser arriesgadas, se entregan por completo a lo que hacen, generalmente son eficaces en su trabajo y llegan incluso a alcanzar grandes logros profesionales, poseen iniciativa, suelen ser exitosos con sus amigos y entregados a su familia.

Valoran mucho lo que tienen y contagian su entusiasmo a quienes les rodean. Sin embargo, para muchas personas tanto entusiasmo y energía puede ser agotador, y lejos de contagiarse suelen sentirse cansados y agobiados, se trata de personas más tranquilas que disfrutan de la vida de manera diferente y que no tienen la necesidad continua de innovar y experimentar que tienen las personas entusiastas.

3. Actitud ante la vida



Todos tenemos una tendencia a un determinado estado de ánimo. Hay personas que por naturaleza son menos optimistas que otras, o son catastrofistas y sólo ven los obstáculos y el aspecto negativo de la vida, y otras que por el contrario son entusiastas y con facilidad para ilusionarse y ver lo mejor de cada momento.

Aunque cada persona tiene un carácter y personalidad que le condiciona a tener una determinada actitud ante los acontecimientos y circunstancias de la vida, hemos de destacar que el entusiasmo se puede infundir.

Los padres pueden enseñar a sus hijos a ilusionarse por las cosas y a vivir el día a día con alegría y energía, tratando de evitar cualquier pensamiento negativo.

Contagiar a quienes nos rodean de nuestro entusiasmo es transmitirles energía y enseñarles a afrontar las diferentes situaciones de la vida con una actitud optimista y esperanzada.

Una persona con un carácter claramente entusiasta no se deja vencer por las contrariedades. Sabe encarar la vida y buscar las soluciones a los problemas y dificultades que se le puedan presentar, no se dejan amilanar ante las situaciones difíciles y suele mantener el entusiasmo en todo momento.

Los padres, por tanto, deben inculcar en sus hijos un carácter entusiasmado, crearles un hábito de pensamiento positivo, sacando siempre lo mejor de cada situación y viviendo la vida con intensidad.

4. Aprende a vivir con entusiasmo



Si piensas que estás viviendo tu vida a medias y has decidido vivirla con más intensidad, pon en práctica alguno de estos consejos:

- Valora lo que tienes. Es necesario valorar lo que tenemos, desde las cosas más triviales hasta las más imprescindibles, es la mejor manera de hacer especial lo nuestro y sentirnos alegres y felices por lo que tenemos.

- Huye de los pensamientos negativos que te hagan caer en la desgana de vivir y que te hagan pensar que tu vida es un sinsentido que carece de interés o de importancia. Piensa siempre en positivo sacando lo mejor de cada situación.

- Disfruta con lo que haces: tu trabajo, estudio, la casa. Debes buscar la parte que más te gusta de tus obligaciones y disfrutarla al máximo intentando compensarla con la que te guste menos para que tus obligaciones no te resulten tan fastidiosas. Piensa que tus obligaciones son parte de tu vida, realízalas con entusiasmo.

- Aprende a motivarte. Motivarse significa disfrutar de lo que uno hace, independientemente de las circunstancias externas, y de encontrar la satisfacción personal con los propios actos. Las personas con un alto nivel de motivación viven su vida con entusiasmo, saben encontrar motivos para estar alegres y para disfrutar plenamente de su vida.

- Actúa con ilusión. Si piensas que tu vida es monótona y crees que carece de interés, intenta introducir algunos cambios y novedades que te hagan vivir el día a día con más ilusión. Plantéate un objetivo concreto que pueda hacer que tu vida mejore y haz todo lo posible por conseguirlo.

Dª. Trinidad Aparicio Pérez
Psicóloga clínica. Psicóloga escolar

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