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Ser tolerante


Ser tolerante ya es un gran logro, sin embargo no es suficiente. Una persona puede tolerar el comportamiento de otra sin comprender el porqué del mismo.

Tolerar consiste en respetarlas ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias, pero no en comprenderlas. Así, una persona puede tolerar que las mujeres trabajen y que los extranjeros vengan a quitar el trabajo a los españoles. Está claro que esta persona es machista y xenófoba, pero también es tolerante.

Comprender consiste en encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro, es decir:

Respetar a las demás personas con sus virtudes y defectos y no juzgarla sólo por éstos últimos.

Ponerse en el lugar de la otra u otras personas, actuar con empatía.

Aceptar las críticas negativas (pero constructivas) que nos realicen otras personas.
Dejar terminar de hablar a la otra persona antes de juzgar lo que ha querido decir (saber responder).

Una persona tolerante pero no comprensiva desconoce que es dialogar, cree que consiste en convencer a la otra persona antes de ser convencido por ésta. Se las reconocen porque dicen frases como “¡digas lo que digas, no me vas a convencer!”, “no insistas, no me convencerás” o frases similares.

Por tanto no es suficiente ser tolerante, aunque ya es un logro. Hay que ser comprensivo. Y si bien es cierto que hay pocas personas tolerantes, las comprensivas escasean. ¡Fomentemos la comprensión!

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