Ir al contenido principal

Un brindis por el Papa


No tengo por costumbre escribir cartas al periódico, y quizá sea la única vez en mi vida que lo haga.

"Quiero dedicar un brindis a al Papa y otro al Cardenal Sodano. \"Santidad, no está sólo, los fieles no se dejan impresionar por las murmuraciones del momento\", afirmó el cardenal Angelo Sodano al dirigirse al Papa durante la Misa de Resurrección, en la que le expresó el apoyo de la Iglesia ante los ataques que recibe.

Probablemente sea el brindis más silencioso y multitudinario de la historia, porque se realiza desde todos los puntos del planeta y cualquier casa es demasiado pequeña para albergarnos a todos a la vez.

No somos minoría, tampoco tenemos apellidos ni caras mediáticas... Somos una gran multitud de gente corriente y normal a la que le resulta cansina tanta animadversión. Nos queda pensar lo del Quijote: Ladran, amigo Sancho, luego cabalgamos... Y es que Benedicto XVI cuando escribe y cuando habla...hace pensar. Convendría escuchar, leer y reflexionar sobre lo que dice el Papa, haciendo caso omiso de sus detractores. Siempre impresiona por su novedosa manera de exponer las ideas"

Carta al director publicada en ABC 7.04.2010

Comentarios

Entradas populares de este blog

La prueba final de amor

John X se levantó del banco, arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central. Buscó la chica cuyo corazón él conocía pero cuya cara nunca había visto, la chica de la rosa. Su interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida. Tomando un libro del estante, se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Hollys Maynell. Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección. Ella vivía en Nueva York. Él le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle. Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la Segunda Guerra Mundial. Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Ella sentía

La inquietante historia de una niña ingenua chateando en Internet

El anonimato que permite la red es un peligro para los menores Los menores suelen estar solos ante los peligros de la red. Esta historia llegó al correo electrónico del director de El Confidencial Digital, Javier Fumero, que la publicó en uno de sus artículos. El caso de esta niña se podría dar en cualquiera de los hogares de nuestros lectores: Tras dejar sus libros en el sofá, ella decidió tomar un bocadillo y meterse en Internet. Se conectó con su nombre en pantalla: ‘Dulzura14′. Revisó su lista de amigos y vio que ‘Meteoro123′ estaba enganchado. Ella le envió un mensaje instantáneo Dulzura14: Hola. Qué suerte que estás! Pensé que alguien me seguía a casa hoy. Fue raro en serio! Meteoro123: RISA. Ves mucha TV. Por qué alguien te seguiría? No vives en un barrio seguro? Dulzura14: Claro que sí. RISA. Creo que me lo imagine porque no vi a nadie cuando revisé. Meteoro123: A menos que hayas dado tu nombre online. No lo hiciste, verdad? Dulzura14: Claro que no. No soy estúpida, Ok! Meteoro