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Mostrando entradas de enero, 2012

Qué hijos dejamos al mundo

Cuenta Leopoldo Abadía que, en una ocasión, al acabar una conferencia, se le acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como aquel día, durante el coloquio posterior a la sesión, había salido la clásica pregunta sobre el mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella le dijo que lo realmente preocupante no era el mundo que íbamos a dejar a nuestros hijos sino, mucho más, qué hijos íbamos a dejar a este mundo. A aquella mujer le sobraba sabiduría, y nos da a todos un interesante tema de reflexión. Me refiero a la importancia del papel de los padres, de los profesores, de todos los que contribuyen de una manera o de otra a la formación de las nuevas generaciones. Se habla mucho de lo mal que está el mundo, del poco prometedor futuro que se vislumbra, de lo mal que lo hacen todos, pero quizá se habla poco de las responsabilidades que todos tenemos para arreglarlo. El mundo del futuro será como sean las personas a las que corresponda dirigirlo, y educar a esas personas es

Hacer el bien es siempre algo grande

Un hombre pasea tranquilamente por la playa a primera hora de la mañana y, a lo lejos, ve caminar a un niño. Según se acerca a él, ve que de vez en cuando el niño se agacha, recoge algo entre la arena y lo lanza con fuerza al mar. Cuando ya está más cerca, ve que lo que recoge son estrellas de mar, atrapadas en la orilla al bajar la marea y condenadas a ahogarse al sol, y el chico las devuelve al agua para que puedan seguir con vida. Cuando el hombre llega a la altura del niño, le pregunta: “¿Pero…, para qué haces eso? ¿No ves lo inmensamente grande que es el mar, con todas las playas que tiene, y los millones de estrellas que morirán a diario al bajar la marea? ¿No te das cuenta que lo que haces no cambia nada?”. El niño le mira fijamente, con asombro, con perplejidad, duda un momento pero luego se agacha de nuevo, recoge otra estrella y la lanza al mar. Se gira hacia el hombre y le dice, mientras señala hacia el agua: “¿Usted cree? Por lo menos, para esta estrella sí que h