«Es una película sobre el perdón y la reconciliación; sobre cómo traer el amor al mundo; sobre la ausencia de amor y sobre cómo el vacío que deja éste lo ocupan cosas terribles como el miedo, el odio o la desesperación. Es una película sobre la santidad, sobre la experiencia religiosa no solo en las iglesias, sino en el día a día. Lo que me gustó de Josemaría es su convicción de que para ser santo no tienes que retirarte a un convento ni ser cura, sino que es algo a lo que puede llegar cualquiera: la gente normal y corriente. Esto me parece hermoso» Roland Joffé gesticula mucho mientras conversa. Lo hace rápido y frunciendo permanentemente el ceño. Dispara las palabras con confianza, es rotundo y su mirada es plácida. Se le nota cómodo ante los periodistas. No en vano, tiene experiencia en la dura labor de lanzar una película (es el director, entre otras, de “La Misión”, 1986) y sabe de la importancia de este trabajo, una obviedad que muchos actores y directores parecen desconocer. Su ...