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El arzobispo D. Julián Barrio, proclama su apoyo al Papa ante "el temporal antieclesial y anticlerical"


La homilía del Domingo de Pascua, en la catedral de Santiago, fue mucho más que una homilía. Se convirtió, por boca del arzobispo Julián Barrio, en un manifiesto de apoyo al Papa Benedicto XVI justo cuando la multiplicación de casos de abusos a menores en la Iglesia han puesto a la milenaria institución en el centro de la crítica pública.

"Quiero hacer llegar nuestro apoyo incondicional con nuestra oración al Papa quien en esta singladura de fuerte temporal antieclesial y anticlerical está conduciendo la barca de Pedro con la finura espiritual, la hondura intelectual y la firmeza que le son propias", concluyó su intervención el máximo jefe eclesiástico de Galicia.

Esa tormenta "antieclesial y anticlerical" que mencionó Julián Barrio en una de las grandes citas de los católicos peregrinados a Santiago de Compostela en Año Santo, el Domingo de Pascua, también hacía referencia explícita a lo que calificó de "cultura de la muerte": "El odio y la violencia, las guerras y el hambre, el aborto y la eutanasia, la injusticia y la opresión".

El arzobispo recordó también los preceptos cristianos, "frutos pascuales del espíritu", necesarios para "despegarse de lo terreno y lo caduco". Entre ellos citó "la continencia y la castidad", en un momento en el que el celibato de los sacerdotes católicos ya no resulta tan indiscutible como antaño.

Pero el éxito de convocatoria de la misa del Domingo de Pascua no fue el único de la Iglesia compostelana. El día anterior, en la Vigilia Pascual también presidida por el arzobispo, la concurrencia estalló en un aplauso cuando Barrio felicitó las pascuas al Papa.

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