—"Mamá, es que no lo entiendes. La gente joven dice lo que piensa, sin hipocresías." Así defendía una joven adolescente la escasa educación y diplomacia de una amiga suya a la que había invitado a pasar unos días con ellos durante las vacaciones. Sin duda, la espontaneidad es un valor emergente en la sociedad de nuestros días. Ser espontáneo y natural es algo que hoy –afortunadamente– se valora mucho. Hay una gran pasión por todo lo que significa apertura y claridad. Un elogio constante de las conductas que revelan autenticidad. La gente joven tributa un apasionado culto a la sinceridad de vida, quizá como respuesta al rechazo producido por algunos resabios de corte victoriano que ha llegado a detectar en la anterior generación. Todo eso, no cabe duda, esconde un avance innegablemente positivo. Y en el ámbito de la educación, se trata de una conquista de la sensibilidad contemporánea que ha supuesto aportaciones especialmente valiosas. Moverse en u...