Ir al contenido principal

Cómo ser más paciente


Algunas personas parecen tener la paciencia de un santo mientras que simplemente no pueden ser pacientes. La impaciencia es algo que se puede controlar simplemente teniendo un poco de diciplina y siguiendo estos pasos.

Pasos
1. Relájate. El primer paso es relajarse. No pienses que lo deberías estar haciendo.


2. Si estás esperando a alguien, trata de convertir tu espera en algo bueno. Quizás ahora tengas tiempo para pensar en cosas en las que no has pensado mucho antes. Seguro que tienes millones de cosas que hacer ahora pero no puedes, entonces, ¿Por qué preocuparse por ellas?


3. La impaciencia es generalmente causada porque sientes que deberias estar haciendo algo en este momento. La espera en largas filas, esperar en el teléfono, cosas como estas crean impaciencia. Es necesario que entiendes que esta clase de cosas le pasan a todo el mundo en general y que son parte de la vida diaria.


4. Olvida todas las cosas que aún tienes que hacer y piensa en cosas que quisieras hacer en un mes o dos. Usa el tiempo para planear.


5. Ten a mano siempre un artículo que te gustaría leer, un libro, un artículo interesante... Llenaras tu cabeza de ideas en lugar de impacientarte en la espera. No olvides leer atenta y sosegadamente, sino sólo será un momento de mayor estrés.


Consejos
1. La impaciencia es fácilmente controlada si tienes varios modos para aprovechar el tiempo en espera.


2. Relajarse y entender que estás dispuesto a esperar es la llave para evitar la ansiedad que produce la espera.


3. Encuentra algo que hacer con el tiempo que tienes. Disfrutalo en vez de que sea una maldición.
4. El ser impaciente te puede acarrear mucho estrés. Una vez que vayas disminuyendo tu impaciencia, te sentirás mucho más tranquilo en situaciones comunes.

Advertencia
No uses el tiempo de espera para tareas que eventualmente no terminarás de hacer. Es muy probable que encuentres que no puedes terminar la planificación de ese proyecto en el tiempo de espera. Toma tu tiempo, no estás en un apuro en ese momento.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La prueba final de amor

John X se levantó del banco, arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central. Buscó la chica cuyo corazón él conocía pero cuya cara nunca había visto, la chica de la rosa. Su interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida. Tomando un libro del estante, se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Hollys Maynell. Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección. Ella vivía en Nueva York. Él le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle. Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la Segunda Guerra Mundial. Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Ella sentía

La inquietante historia de una niña ingenua chateando en Internet

El anonimato que permite la red es un peligro para los menores Los menores suelen estar solos ante los peligros de la red. Esta historia llegó al correo electrónico del director de El Confidencial Digital, Javier Fumero, que la publicó en uno de sus artículos. El caso de esta niña se podría dar en cualquiera de los hogares de nuestros lectores: Tras dejar sus libros en el sofá, ella decidió tomar un bocadillo y meterse en Internet. Se conectó con su nombre en pantalla: ‘Dulzura14′. Revisó su lista de amigos y vio que ‘Meteoro123′ estaba enganchado. Ella le envió un mensaje instantáneo Dulzura14: Hola. Qué suerte que estás! Pensé que alguien me seguía a casa hoy. Fue raro en serio! Meteoro123: RISA. Ves mucha TV. Por qué alguien te seguiría? No vives en un barrio seguro? Dulzura14: Claro que sí. RISA. Creo que me lo imagine porque no vi a nadie cuando revisé. Meteoro123: A menos que hayas dado tu nombre online. No lo hiciste, verdad? Dulzura14: Claro que no. No soy estúpida, Ok! Meteoro