¿Y si una persona fuese convertida en un medicamento?
La película "La Isla" resuelve la cuestión
Un mundo feliz
Año 2019. La atmósfera de la Tierra se ha vuelto irrespirable tras una guerra apocalíptica, y sólo unos supervivientes conviven en un aséptico lugar donde todos visten igual, una especie de pijamillas blancos, y llevan una vida relativamente sana pero aburrida, donde las relaciones afectivas brillan por su ausencia. La única ilusión con la que se despiertan cada día es la de ser los afortunados ganadores de un sorteo para ir a vivir a 'La isla', el único lugar sin contaminar del planeta. En este marco, donde el ejercicio de la sexualidad ha sido anulado, Lincoln Eco 6 y Jordan 2 Delta empiezan a sentir cierta atracción. Atracción que se verá intensificada cuando Lincoln descubra la dura realidad de que ambos son clones fabricados en laboratorio, para proporcionar órganos de repuesto a los 'originales', mediante una tecnología inmoral y carísima; pues entonces aparece otro instinto básico, el de supervivencia.
Entretenida cinta de ciencia ficción, que dibuja una sociedad utópica con sus raíces podridas. El film plantea un futuro, que por desgracia podría estar muy próximo, en que los seres humanos, despojados de su alta dignidad, podrían convertirse en 'productos de laboratorio' de usar y tirar. Aunque se trata de un planteamiento oscuro e inquietante, Michael Bay (La roca, Armageddon) y su equipo de guionistas (entre los que se encuentra Alex Kurtzman y Robert Orci, imaginativos creadores de tramas en las series Alias y Perdidos) cuidan sobre todo la acción trepidante, que asemeja al film a una 'montaña rusa' sin fin. Momentos como aquel en que la pareja protagonista cuelga de un letrero, o la persecución por la autopista, son de ésos que te dejan sin resuello. Ewan McGregor y Scarlett Johansson son actores con carisma, principal requisito para sus papeles, con lo que cumplen sobradamente con su cometido.
La película "La Isla" resuelve la cuestión
Un mundo feliz
Año 2019. La atmósfera de la Tierra se ha vuelto irrespirable tras una guerra apocalíptica, y sólo unos supervivientes conviven en un aséptico lugar donde todos visten igual, una especie de pijamillas blancos, y llevan una vida relativamente sana pero aburrida, donde las relaciones afectivas brillan por su ausencia. La única ilusión con la que se despiertan cada día es la de ser los afortunados ganadores de un sorteo para ir a vivir a 'La isla', el único lugar sin contaminar del planeta. En este marco, donde el ejercicio de la sexualidad ha sido anulado, Lincoln Eco 6 y Jordan 2 Delta empiezan a sentir cierta atracción. Atracción que se verá intensificada cuando Lincoln descubra la dura realidad de que ambos son clones fabricados en laboratorio, para proporcionar órganos de repuesto a los 'originales', mediante una tecnología inmoral y carísima; pues entonces aparece otro instinto básico, el de supervivencia.
Entretenida cinta de ciencia ficción, que dibuja una sociedad utópica con sus raíces podridas. El film plantea un futuro, que por desgracia podría estar muy próximo, en que los seres humanos, despojados de su alta dignidad, podrían convertirse en 'productos de laboratorio' de usar y tirar. Aunque se trata de un planteamiento oscuro e inquietante, Michael Bay (La roca, Armageddon) y su equipo de guionistas (entre los que se encuentra Alex Kurtzman y Robert Orci, imaginativos creadores de tramas en las series Alias y Perdidos) cuidan sobre todo la acción trepidante, que asemeja al film a una 'montaña rusa' sin fin. Momentos como aquel en que la pareja protagonista cuelga de un letrero, o la persecución por la autopista, son de ésos que te dejan sin resuello. Ewan McGregor y Scarlett Johansson son actores con carisma, principal requisito para sus papeles, con lo que cumplen sobradamente con su cometido.
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