La puntualidad es una virtud que cada vez menos personas ponen en práctica. Se puede afirmar que la puntualidad se ha devaluado. Incluso, se mitifica y se crean leyendas urbanas sobre lo 'chic' o elegante que es llegar tarde a un lugar. ¡Que pena! Hacer de la impuntualidad una virtud. ¡Que gran error!
La puntualidad es una manera de respetar a los demás. Si hay algo valioso en el mundo es el tiempo, y ser rigurosamente puntuales ayuda al desarrollo correcto de los acontecimientos diarios. Como dice un popular y sabio consejo: "Rico no es el que tiene dinero, sino el que tiene tiempo". El tiempo no se recupera, el dinero si puede recuperarse. Hacer a alguien esperar, es tirar por la borda su tiempo. Da lo mismo que sea una reunión de negocios que a la puerta de una iglesia. La impuntualidad es un gesto de mala educación. Además la impuntualidad de unos afecta a los demás. ¿Se imagina en la consulta de un médico, notario, etc. que una persona llega tarde y retrasa el resto de las citas del día?
La puntualidad, no solo se da en la llegada sino en la partida. Cuando tiene un viaje proyectado, es de personas bien educadas partir según los planes establecidos previamente. Una impuntualidad en la hora de salida, puede acarrear problemas importantes, como no llegar a tiempo a tomar un vuelo, no llegar a una reunión o a firmar un importante documento.
La puntualidad debe ser rigurosa en todos los actos de su vida diaria. Hay que ser puntuales:
1. A la llegada al trabajo.
2. Cuando acuda a cualquier acto o evento.
3. En reuniones y otros encuentros.
4. En las citas personales.
5. Y en cualquier otro compromiso, de la índole que sea.
Si ve que no puede llegar a tiempo, es correcto avisar, por el medio que sea más rápido, para evitar que otras personas se vean perjudicadas. Recuerde que la impuntualidad es una falta de educación.
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