Querido Manolo: acabo de leer la entrevista que te han hecho en “el Mundo”. Hay pocas noticias en la prensa estos días y me he entretenido contigo a pesar de que, a primera vista, no me interesabas nada.
Leo que eres cantante y que vendes discos. Antes eras "el último de la fila" y ahora te has quedado en Manolo a secas. Pero criatura, ¿quién te manda a ti salir al mercado del pop con un nombre y un apellido semejantes? Con lo fácil que resulta inventarse un apelativo inglés molón. Porque mala pinta no tienes. A juzgar por la foto que ilustra el reportaje podrías hacerte con un buen grupo de fans adolescentes en cuanto te lo propongas.
Dices que Manolo; que ni siquiera te gusta que te llamen Manuel, Manel, ni Manu… ¿Y qué tal Garci en lugar de García? Ya lo hizo un conocido director de cine y se trajo un Oscar.
Pero nada, no quieres cambios; explicas que te llamas Manolo García y tienes un coche de doce años al que pretendes jubilar cuando cumpla los 400.000 kilómetros. ¿Así cómo vas a triunfar en Las Vegas, animalito mío?
¿…que no vas al gimnasio? No me lo puedo creer. Declaras que prefieres el huerto: cavas, trillas, quitas piedras, te pones cachas y te ahorras el solárium. Bueno, visto así… Dices además que tu tocayo preferido no es Manuel Fraga ni el Cordobés, sino Manolo el del bombo. Para colmo te ríes del cambio climático y de la operación triunfo.
Vaya, además eres católico y lo confiesas sin que te lo pregunten como quien no quiere la cosa. De paso, te lanzas y aprovechas para decir que “los católicos estamos perdiendo caridad, y no podemos ir a palos”. Luego hablas de tus abuelos, del amor al prójimo, del sonido del viento y de la sabiduría de los viejos.
¿Sabes una cosa, Manolo? A lo mejor cantas como un energúmeno, pero el lunes, sin falta, me voy al cortinglés y compro todos tus discos.
http://pensarporlibre.blogspot.com/2008_08_01_archive.html
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