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Domingo 21 de junio: miles de personas renovarán la consagración de España al Sagrado Corazón


Docenas de obispos y las reliquias de santa Margarita María se dan cita en el Cerro de los Ángeles

Se mire por donde se mire, está lleno de simbolismos. Como dijo un protestante que consideraba hacerse católico: "estos simbolismos católicos están siempre interconectados".

El domingo 21 la provincia eclesiástica de Madrid (que incluye las diócesis de Madrid, Getafe y Alcalá de Henares) convoca a todos los españoles a la renovación de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús, es decir, a renovar la consagración que se hizo solemnemente en 1919.

En aquel año, el acto, que inauguró el monumento al Sagrado Corazón en el Cerro de los Ángeles (más o menos en lo que sería el centro geográfico de España) fue oficiado por el nuncio del Papa y contó con una alocución del rey Alfonso XII, abuelo del actual monarca: “reconocemos que de Vos reciben eficacia y sanción todas las leyes justas, en cuyo cumplimiento estriba el imperio del orden y de la paz”, dijo entonces el rey a Dios.

Una fiesta del siglo XVII muy viva

La fiesta del Sagrado Corazón en sí se celebra este año el viernes 19 (tiene lugar cada viernes después de la octava del Corpus). Tiene su origen en las apariciones de Jesucristo a la monja salesa Santa Margarita María de Alacoque, entre 1673 y 1675. Así lo escribió Margarita María:

«Estando una vez en presencia del Santísimo Sacramento (…), descubriendo su Divino Corazón, me dijo: He aquí este Corazón, que ha amado tanto a los hombres, que no se ha reservado nada hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor, y en respuesta no recibo de la mayor parte sino ingratitud, ya por sus irreverencias y sacrilegios, ya por la frialdad y desprecio con que me tratan en este Sacramento de Amor”.

Cristo prometió una serie de gracias a quienes se consagrasen a su Corazón y comulgasen nueve primeros viernes de mes: paz en la familia, fervor para los tibios, perfección para los fervorosos, etc... y “no morirán en desgracia ni sin haber recibido los sacramentos”. También prometió bendecir los hogares que exhibiesen la imagen del Corazón.

Hoy habrá gente que el esfuerzo de ir a misa y comulgar “nueve primeros viernes de mes” se les haga muy complicado, pero en la Francia del siglo XVII fue una revolución: ni se exigían los rigores elitistas y penitenciales de la corriente jansenista (una especie de puritanismo católico) ni se transigía con el “todo vale mientras cumplas el rito” de la relajada corte francesa. La devoción del Sagrado Corazón mostraba un Jesús cercano y humano, que sufre al verse abandonado, que pide amor, y no rituales. Revolucionó la espiritualidad de muchos, sobre todo de los jesuitas, sus grandes difusores durante siglos.

En la línea de Margarita María llegarían otras espiritualidades en siglos posteriores: “el caminito” de Santa Teresita de Lisieux, y la devoción de la Divina Misericordia, de Santa Faustina Kowalska. Todas ellas, y el Corazón de Jesús, se hicieron un hueco en iglesias, hogares... y hasta en la jungla colombiana.

Hace un año, en junio de 2008 (mes del Sagrado Corazón), la política colombiana Ingrid Betancour estaba aún en la selva, secuestrada por la guerrilla. Recordó la última vez que había hablado con su padre, bajo una imagen del Sagrado Corazón, y recordó las promesas de Jesús de que Él tocaría los corazones endurecidos. “No sé lo que es consagrarse a tu Corazón, pero si me dices este mes cuándo me liberarán, seré tuya”, rezó Ingrid. Y el día 27 le anunciaron su liberación. Explicó su vivencia al semanario francés “Pelerin” al visitar en París el templo del “Sacre-Coeur”, en agradecimiento.

Memoria histórica, milicianos arrepentidos y Madre Maravillas

El acto en Cerro de los Ángeles recuerda también una fotografía emblemática de la más absurda cristofobia española: la foto de los milicianos que fusilaron en 1936 al monumento. Después se ha sabido (lo publicaba hace pocas semanas el semanario “Alfa y Omega” ) que las balas de los milicianos alcanzaron diversas partes del monumento, pero no el Corazón en sí. Los milicianos dinamitaron después el monumento, pero aún así el pecho del Cristo quedó casi indemne, con solo alguna esquirla en el corazón al caer.

Cerca del Cerro hay un monasterio carmelita. Se fundó por orden de Santa Maravillas de Jesús, la monja que nació en un edificio del Congreso pero a la que los políticos españoles le han negado una placa en su casa natal. Los milicianos se llevaron a las monjas, pero con el tiempo volverían y recogerían los fragmentos, incluyendo el pecho del Cristo. Hoy unas veinte hijas de Santa Maravillas viven en el lugar. Al pecho de pieda Santa Maravillas le llamaba “la santa reliquia”.

“Dos de esos milicianos se arrepintieron y se convirtieron”, explicaba una de las carmelitas en Alfa y Omega. “Hace tiempo recibimos una carta de las Hermanitas de la Caridad de Zaragoza que nos contaban como un hombre pidió confesión y se arrepintió por fusilar al Corazón de Jesús de Getafe. El juez que juzgó a otro de ellos contó que el miliciano pidió trabajar en la construcción de una iglesia, aunque no le conmutasen la pena, para expiar la ofensa de haber fusilado la imagen del Cerro”.

Hay que tener en cuenta que en aquella misma zona se derramó sangre esos días. Cinco jóvenes que habían estado en el Cerro en adoración nocturna, decidieron quedarse unos días como compañía “de honor” del Cristo. Bajaron a comer al cercano pueblo de Perales del Río, se les vio bendecir la comida y fueron denunciados a los milicianos, que los atraparon y fusilaron con rapidez el 23 de julio de 1936. Murieron gritando “viva Cristo Rey”, contemplando el Sagrado Corazón, que aún estaba en pie. Los milicianos ese día destruyeron y saquearon la parroquia de Perales.

Santa Margarita María, con el cardenal Rouco

El monumento actual en el Cerro de los Ángeles es de los años 60, pero el lugar es emblemático. Ya desde la época de los primeros mártires romanos, los cristianos se han sentido edificados por su ejemplo y su cercanía a través de las reliquias. Los restos de Santa Margarita María de Alacoque han estado recientemente en tres monasterios de la Visitación (salesas) del centro de España, y del día 14 al 21 estarán en el Cerro. Allí estarán cuando el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, acompañado de unos 40 obispos y miles de fieles, renueve la consagración de España al Corazón de Jesús.

Es un acto religioso, pero muchos le dan significación política. El diario La Vanguardia, por ejemplo, lo ha comentado en su sección de “Política”, no de religión. Algunos contarán qué obispos van o dejan de ir, clasificándolos en “rouquistas” o “antirrouquistas”. Son fechas en que algunas diócesis tienen sus propias celebraciones del Sagrado Corazón: por ejemplo, ese mismo domingo en el Tibidabo de Barcelona, templo de devoción al Sagrado Corazón, hay una tradicional consagración de las familias. Pero es de esperar que miles de fieles del centro de España acudan a los actos: hay conciencia de que España necesita ayuda divina.

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