Ir al contenido principal

¿Amigos desleales?


Pregunta: Trabajo en Recursos humanos. Un amigo me contrató para que trabajara temporalmente en la empresa en la que es subgerente ya que el clima laboral se ha deteriorado a partir de que se descubrió un faltante de dinero y surgieron la paranoia y las acusaciones. Al poco tiempo, por casualidad, descubrí que el autor del robo era, precisamente, mi amigo. Hablé con él y lo confesó, pero considera que no es asunto mío, pues no fui contratado para encontrar al culpable. ¿Debería denunciarlo?

Respuesta: Tu decisión deberá tomar en cuenta la amistad con quien te contrató, la honestidad con la empresa, la justicia social y la lealtad hacia tu gremio. Analicemos cada aspecto: 1) Tu amigo te hizo un favor recomendándote. Eso no te obliga a encubrirlo, pero delatar a un amigo siempre es difícil. 2) Al aceptar trabajar para una empresa, ellos cuentan con tu profesionalismo y ética. No te contrataron para buscar al culpable ni para revisar los vidrios, pero si ves un vidrio roto avisas para que nadie se vaya a cortar. Si sabes que alguien roba y que otros pueden ser acusados, tu conducta no debe responder a tus funciones, sino a tu integridad moral. 3) Como ciudadanos, la sociedad espera de nosotros que denunciemos los crímenes en cualquier ámbito. 4) Al ocultar la información y encubrir al autor del robo, estás dando una imagen negativa de tu gremio –las personas que se dedican a desarrollar los recursos humanos- y contribuyes a que se desconfíe de ellos. Lo que hace difícil la decisión es que no queremos causar sufrimiento a nuestros amigos. Sin embargo, me parece que él se lo buscó, y por lo visto no está dispuesto a devolver el dinero ni le preocupa que acusen a otro en su lugar. No creo que merezca la lealtad de sus amigos.

Esther Charabati
http://www.filosofiacotidiana.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

Novena de la Inmaculada, Cuarto día

Causa de Nuestra Alegría Quienes estuvieron cerca de Nuestra Señora participaron del inmenso gozo y de la paz inefable que llenaba su alma, pues en todo se reflejaba "la riqueza y hermosura con que Dios la ha engrandecido. Principalmente por estar salvada y preservada en Cristo y reinar en Ella la vida y el amor divino. A ello aluden otras advocaciones de nuestra letanía: Madre amable, Madre admirable, Virgen prudentísima, poderosa, fiel... Siempre una nueva alegría brota de Ella, cuando está ante nosotros y la miramos con respeto y amor. Y si entonces alguna migaja de esa hermosura viene y se adentra en nuestra alma y la hace también hermosa, ¡qué grande es nuestra alegría!". ¡Qué fácil nos resulta imaginar cómo todos los que tuvieron la dicha de conocerla desearían estar cerca de Ella! Los vecinos se acercarían con frecuencia a su casa, y los amigos, y los parientes... Ninguno oyó de sus labios quejas o acentos pesimistas o quejumbrosos, sino deseos de servir, de darse a lo...

Enamorarse muchas veces… de la misma persona

Escrito por  Rafael Zavala Publicado: 11 Agosto 2015 El matrimonio no es difícil, es humanamente imposible! Seguramente por eso Dios lo hizo sacramento Y es que uno no puede estar loco de amor por una misma persona durante 50 años. A veces baja y a veces sube la cuota.  Robert Anderson  decía que en todo matrimonio que ha durado más de una semana, existen motivos para el divorcio. La clave consiste en encontrar motivos para seguir casados. Bien dicen que es más fácil morir por una mujer que vivir con ella. Lo curioso es que muchas veces seguimos creyendo en cuentos de hadas y cuando las cosas empiezan a bajar su ritmo natural, se nos viene el mundo encima. Pues no! El príncipe azul deja de serlo en el momento en que por primera vez pasa con su esposa por la puerta de su casa. John Gottman , en su libro “Siete reglas de oro para vivir en pareja”, sugiere lo siguiente: 1. No hay felicidad sin amor, no hay amor sin sacrificio. 2. Mantener la admiración ...

La prueba final de amor

John X se levantó del banco, arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central. Buscó la chica cuyo corazón él conocía pero cuya cara nunca había visto, la chica de la rosa. Su interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida. Tomando un libro del estante, se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Hollys Maynell. Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección. Ella vivía en Nueva York. Él le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle. Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la Segunda Guerra Mundial. Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Ella sentía ...