Ir al contenido principal

LA FAMILIA EN EL HORIZONTE


Muchas veces la palabra familia no es más que el etéreo recuerdo de un paraíso perdido, la nostalgia por algo que jamás ha existido sobre la tierra y el sueño imposible del que hemos de liberarnos, como de cualquier otro mito impertinente.


Chesterton dijo una vez que la familia es algo "que nunca se menciona en círculos respetables". Lo que nos debería inquietar es que este texto está fechado en 1933, no en 1994, Año Internacional de la Familia. Muchas veces la palabra familia no es más que el etéreo recuerdo de un paraíso perdido, la nostalgia por algo que jamás ha existido sobre la tierra y el sueño imposible del que hemos de liberarnos, como de cualquier otro mito impertinente.

"No faltan tampoco oídos, ha escrito de Silva, en los que el vocablo suena como una obscenidad, una de esas realidades anticuadas que ofenden a los que se declaran modernos y en las avanzadillas de la civilización". La familia sin más, la "de siempre", es el Enemigo, el monstruo que ha sido y es el principal obstáculo para la igualdad de la mujer y para su liberación final de la cárcel doméstica.

A pesar de todo ello, los clásicos han alabado repetidamente la familia u "oikós", como la llamó Aristóteles. Este sabio griego decía que la familia es "una convivencia querida por la misma naturaleza para los actos de la vida cotidiana". Otro griego, Epícteto, situaba "casarse y engendrar hijos" en la relación de deberes de todo hombre.

El romano Cicerón escribió que "la familia es el origen de la ciudad y casi el semillero de la república", situando lo que Aristóteles llamó "sociedad doméstica" como la pieza esencial de la sociedad y su cimiento. Y en la relación de Pecados de las Tablas del Conjuro de Babilonia figuran las palabras: "“Ha apartado a un hombre honesto de su familia” “Ha roto un clan fuertemente unido”".

Es precisamente la existencia natural de la familia -como la entendían los sabios paganos de la antigüedad-, tanto como ideal de convivencia humana como en cuanto fundamento de la sociedad, lo que se desea destruir. “Por qué” Porque, como ha escrito el académico francés André Frossard, "la familia es simultáneamente un refugio contra la adversidad y una célula tan sólida de resistencia a la opresión, que la primera tarea que se imponen los tiranos totalitarios es la de hacerla saltar en pedazos".

Pero para responder a la cuestión de la familia como lugar del desarrollo humano, hay que clarificar los contenidos del debate antropológico contemporáneo. En él se enfrentan una ideología individualista y, por otra parte, un orden natural de desarrollo óptimo, tal como sigue vigente tanto en la realidad humana como en el renacer de una concepción realista de lo humano.

El autonomismo, el historicismo y el hedonismo convergen en el individualismo contemporáneo como en su fruto, tras el fracaso de los colectivismos. Y los tres tienen en común la voluntad de cambiar la estructura de las instituciones antropológicas fundamentales, entre ellas la familia. Para ello, el individualismo se opone a todo principio de dependencia mutua con carácter estable y a los vínculos sociales que surgen de reconocer los grupos humanos fundamentales y "naturales".

Así, en ese contexto, la familia queda reducida a una suma de intereses individuales. Se aprecia esa tendencia en tres datos:

negación del matrimonio, procreación a su antojo y legitimación de la homosexualidad. Y así el nacimiento y la educación, que estaban en el núcleo de la institución familiar, se ponen en entredicho por lo que podríamos llamar antojo procreador. Al mismo tiempo que el autonomismo hace creer que la existencia y el número de hijos dependen de una decisión individual soberana y absoluta.

El insigne psiquiatra recientemente fallecido Juan Rof Carballo escribía, hace 25 años: "Es absolutamente escandaloso que hoy se aborden los infinitos problemas que plantea la 'crisis de la familia', desde el divorcio a la fecundidad artificial, desde las parejas 'unidas' pre-matrimonialmente, (...), a los matrimonios polivalentes o de 'ensayo poligámico', etc., (...), dejando de lado totalmente la cuestión esencial. La disminución de la tutela diatrófica, el raquitismo de la ternura, la asfixia del diálogo constitutivo lanzarán al mundo, en proporción creciente, millones de seres en apariencia inteligentes, cultivados, diestros en admirables raciocinios. Pero profundamente tarados en su núcleo espiritual, preesquizofrénicos o presicóticos, delincuentes potenciales o neuróticos graves".

Junto a ello un cierto feminismo, a veces de cortos vuelos, se ha ido difundiendo en los países industrializados, llevando a un trabajo femenino fuera del hogar en cifras crecientes, lo que se ha traducido en una reducción de la familia al núcleo de la pareja, donde los hijos aparecen como una traba al desarrollo del ego. Esta mentalidad no considera a la mujer en el hogar como una trabajadora que ejerce una actividad con un alcance social de gran magnitud: sólo se percibe el logro de metas personales inmediatas, sin considerar la inversión humana, económica y social a largo plazo que constituye una auténtica formación de la juventud. Y puede concluirse sin reservas que el futuro de la educación es el futuro de la familia. Porque la educación no alcanzará sus fines si no los alcanza la familia.

Luis Olivera
Periodista

Comentarios

Entradas populares de este blog

Enamorarse muchas veces… de la misma persona

Escrito por  Rafael Zavala Publicado: 11 Agosto 2015 El matrimonio no es difícil, es humanamente imposible! Seguramente por eso Dios lo hizo sacramento Y es que uno no puede estar loco de amor por una misma persona durante 50 años. A veces baja y a veces sube la cuota.  Robert Anderson  decía que en todo matrimonio que ha durado más de una semana, existen motivos para el divorcio. La clave consiste en encontrar motivos para seguir casados. Bien dicen que es más fácil morir por una mujer que vivir con ella. Lo curioso es que muchas veces seguimos creyendo en cuentos de hadas y cuando las cosas empiezan a bajar su ritmo natural, se nos viene el mundo encima. Pues no! El príncipe azul deja de serlo en el momento en que por primera vez pasa con su esposa por la puerta de su casa. John Gottman , en su libro “Siete reglas de oro para vivir en pareja”, sugiere lo siguiente: 1. No hay felicidad sin amor, no hay amor sin sacrificio. 2. Mantener la admiración ...

La prueba final de amor

John X se levantó del banco, arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central. Buscó la chica cuyo corazón él conocía pero cuya cara nunca había visto, la chica de la rosa. Su interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida. Tomando un libro del estante, se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Hollys Maynell. Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección. Ella vivía en Nueva York. Él le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle. Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la Segunda Guerra Mundial. Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Ella sentía ...

Ser una persona responsable

A. LA RESPONSABILIDAD: CONDICIONES Y TIPOS 1. ¿Qué es la responsabilidad? Una persona responsable toma decisiones conscientemente y acepta las consecuencias de sus actos, dispuesto a rendir cuenta de ellos. La responsabilidad es la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas ante alguien. Responsabilidad es la capacidad de dar respuesta de los propios actos. 2. Condiciones para que exista responsabilidad.- Para que pueda darse alguna responsabilidad son necesarios dos requisitos: libertad.- Para que exista responsabilidad, las acciones han de ser realizadas libremente. En este sentido, ni los animales, ni los locos, ni los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso de razón (y el uso de razón es imprescindible para la libertad). ley.- Debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los hechos realizados. La responsabilidad implica rendir cuenta de los propios actos ante alguien que ha regulado ...