Ir al contenido principal

El estado sentimental


Como ha señalado José Antonio Marina, nuestra relación con todo lo que nos rodea es siempre afectiva. Nuestros sentimientos nunca logran permanecer totalmente neutrales. Tenemos siempre un estado de ánimo, una disposición afectiva. Nos encontramos de modo permanente en la encrucijada de muchos caminos mentales, en un auténtico laberinto donde se entrecruzan ideas, sentimientos, deseos y acciones. Todo influye sobre todo, en una enredada red de causas en la que es fácil perderse, y hace que tantas veces los problemas de los sentimientos parezcan círculos sin salida.

Los sentimientos nos acompañan siempre, atemperándonos o destemplándonos. Aparecen siempre en el origen de nuestro actuar, en forma de deseos, ilusiones, esperanzas o temores. Nos acompañan luego durante nuestros actos, produciendo placer, disgusto, diversión o aburrimiento. Y surgen también después de actuar, haciendo que nos invadan sentimientos de tristeza, satisfacción, ánimo, remordimiento o angustia. Son como un reducto de nosotros mismos que no siempre controlamos ni conocemos con claridad, pero que acompaña todo nuestro vivir y nuestro actuar.

Cualquier situación vital va unida en todo momento a un estado sentimental, que es como el resultado global de nuestra percepción de cómo estamos. El estado sentimental es como un breve resumen de una situación compleja que producen muchos factores; como un balance que hacemos de modo continuo, pues en cada momento se aportan datos nuevos, partidas nuevas para esa contabilidad afectiva que continuamente estamos consultando.

—Lo curioso es que esa contabilidad en muchas personas pasa de estar boyante a estar en la ruina, o viceversa, en muy poco tiempo. ¿No es sorprendente?

Sí lo es. Todos tenemos experiencia de cómo nuestros sentimientos pueden cambiar con gran rapidez. En unos minutos podemos pasar de la incertidumbre a la calma, o de la calma a la sorpresa, de la sorpresa a la furia, de la furia al arrepentimiento, o del arrepentimiento al afán de hacernos perdonar.

—Esa variabilidad depende mucho de las personas, me parece.

Hay personas que son por naturaleza más lábiles o sensibles, y sus estados sentimentales se alteran con un pequeño soplo. Otras, en cambio, no se conmueven ni con un vendaval.

Además, en el mundo afectivo, como en el de la salud, un pequeño dolor, aunque sea muy localizado, puede influir mucho en el conjunto del estado sentimental. Igual que, por ejemplo, un dolor de muelas no afecta sólo a las muelas, sino que hace a toda la persona encontrarse molesta y dolorida, hay factores emocionales que parecen pequeños, y quizá lo son, pero notamos que nos afectan mucho. Por eso, educar esas reacciones afectivas es importante para poder llevar realmente las riendas de nuestra vida:

Podemos educar, libre e inteligentemente nuestros sentimientos.

Alfonso Aguiló.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Enamorarse muchas veces… de la misma persona

Escrito por  Rafael Zavala Publicado: 11 Agosto 2015 El matrimonio no es difícil, es humanamente imposible! Seguramente por eso Dios lo hizo sacramento Y es que uno no puede estar loco de amor por una misma persona durante 50 años. A veces baja y a veces sube la cuota.  Robert Anderson  decía que en todo matrimonio que ha durado más de una semana, existen motivos para el divorcio. La clave consiste en encontrar motivos para seguir casados. Bien dicen que es más fácil morir por una mujer que vivir con ella. Lo curioso es que muchas veces seguimos creyendo en cuentos de hadas y cuando las cosas empiezan a bajar su ritmo natural, se nos viene el mundo encima. Pues no! El príncipe azul deja de serlo en el momento en que por primera vez pasa con su esposa por la puerta de su casa. John Gottman , en su libro “Siete reglas de oro para vivir en pareja”, sugiere lo siguiente: 1. No hay felicidad sin amor, no hay amor sin sacrificio. 2. Mantener la admiración ...

La prueba final de amor

John X se levantó del banco, arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central. Buscó la chica cuyo corazón él conocía pero cuya cara nunca había visto, la chica de la rosa. Su interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida. Tomando un libro del estante, se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Hollys Maynell. Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección. Ella vivía en Nueva York. Él le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle. Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la Segunda Guerra Mundial. Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Ella sentía ...

Ser una persona responsable

A. LA RESPONSABILIDAD: CONDICIONES Y TIPOS 1. ¿Qué es la responsabilidad? Una persona responsable toma decisiones conscientemente y acepta las consecuencias de sus actos, dispuesto a rendir cuenta de ellos. La responsabilidad es la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas ante alguien. Responsabilidad es la capacidad de dar respuesta de los propios actos. 2. Condiciones para que exista responsabilidad.- Para que pueda darse alguna responsabilidad son necesarios dos requisitos: libertad.- Para que exista responsabilidad, las acciones han de ser realizadas libremente. En este sentido, ni los animales, ni los locos, ni los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso de razón (y el uso de razón es imprescindible para la libertad). ley.- Debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los hechos realizados. La responsabilidad implica rendir cuenta de los propios actos ante alguien que ha regulado ...