
Cuenta una vieja historia que pasaba un hombre por una aldea, en pleno temporal, cuando de repente ve una casa ardiendo. Al acercarse, observa a otro hombre -la fábula utiliza una bella imagen- “con fuego hasta en las cejas” sentado en la sala:
-¡Su casa está ardiendo! –le grita.
-Ya lo sé –responde el hombre desde la sala en llamas.
-Entonces, ¿por qué no sale?
-Porque está lloviendo. Mi madre siempre dice que la lluvia puede provocar neumonía.
“Sabio es el hombre que sabe cambiar de situación cuando se ve obligado a ello.”
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