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Ser diferente


¿Qué nos hace ser diferentes? La forma de pensar, de vestir, de hablar, el color de piel, de ojos, la estatura... la combinación de todo, algo en particular...

Meditaba en esto mientras acompañaba a mi hijo al Chopo, el lugar de encuentro de punk’s, dark’s, rockeros, reggetoneros, ska's y no sé cuantos estilos más.

Intenté copiar un estilo a petición de mi hijo: “pero no vayas fresa mamá, que nos pueden asaltar, yo te digo cómo te arregles”. Y el arreglo consistió en una playera negra con estampado a escoger (entre Nirvana, Rammstein y Nightwish), pantalón negro y botas negras (míos, afortunadamente) “además, tendrás que peinarte de lado, para que un mechón de tu cabello te cubra un ojo y delinearte los ojos de negro”

Pensé seriamente en mandarlo a freír espárragos, en aferrarme a mi estilo minimalista, en arriesgarme a ser asaltada por ir fresa, pero si él me había dado gusto muchas ocasiones vistiéndose - d e c e n t e m e n t e - para asistir a eventos especiales ¿por qué no darle gusto yo? Así que accedí y le añadí un elemento más: labios oscurecidos, lo que le llenó de alegría y orgullo semi-escondidos. "Órale mamá rockera.. ¡¡metal!!" (Metal: algo así como padre, chido)

El no iría disfrazado, él iría en su estilo, que dice ser grunge, yo digo que es fachoso, iría como es él a diario, con su personalidad, con sus hermosos sentimientos, con sus ideas fantásticas, su creatividad, su dulzura, su ternura y su atuendo negro: playera, pantalón roto, cabello largo, alborotado, tenis Converse y muñequeras.

Sabía que no iba a ser fácil para mi, sabía que iba a ser casi excomulgada y desheredada, sabía que sería la comidilla de los vecinos, sabía que sería una rareza en un mundo de seres ordinarios.

Si, mis presentimientos se hicieron realidad, los vecinos amables pero sorprendidos por mi apariencia, nos saludaban. Durante el trayecto, logramos reunir una lista de miradas que incluyeron la curiosidad, desconfianza y antipatía.

Deseaba llegar lo más pronto posible a aquel lugar donde podría encajar, donde podría parecer normal, pero no fue así, de cualquier forma yo era diferente, me sentía diferente, con una playera tres tallas más grande que la mía, no era ni rockera, ni grunge, ni dark, ni nada definido, apenas un ligero intento de mezclar todo en uno, no había cambiado mi forma de pensar, ni de sentir, ni en lo que creía, tampoco era más buena o más mala, peor o mejor, era la misma dentro de un disfraz.

Pero ambos fuimos excluidos del mundo convencional, del mundo sensato, sólo por no armonizar con él, por no adoptar el estándar, fuimos excluidos a través de las miradas, de los cuchicheos, del alejamiento de quienes nos rodeaban.

Y experimentamos, una vez más, lo difícil que es ser diferente.

http://suenos-del-alma.blogspot.com/2006/10/ser-diferente.html

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