Este es el título de un libro de bolsillo de gran actualidad. José Ramón Ayllón es el autor de ésta obra que nos muestra la conversión de diez personas que destacaron en diferentes áreas de la vida.
La publicidad atea en los autobuses de diversas ciudades del mundo ha inspirado al autor y ha resumido en pocas páginas la vida de diez famosos que descubrieron a Dios después de haber pasado por una época de ateísmo.
Francis Collins, Ernesto Sábato, Fiodor Dostoievski, Tatiana Goricheva, C.S.Lewis, André Frossard, Edith Stein, Vittorio Messori, Narciso Yepes y Gilbert K. Chesterton son los protagonistas del libro. Sus diversas profesiones y los modos diferentes mediante los cuales llegaron a encontrar a Dios en sus vidas nos demuestran que el ser humano lleva en su alma el deseo innato de encontrar sentido a su vida, que la pregunta sobre el propio ser, sobre su fín último y sobre la eternidad es constante en la vida de cualquier persona, sea de la época que sea y tenga la profesión que tenga.
Muchos han sentido la presencia de Dios después de una búsqueda incesante de la verdad, otros lo han descubierto en un momento inesperado, cómo si su conciencia hubiese despertado en un instante, después de muchos años de estar dormida, algunos cuentan que no pensaban ni les preocupaba la existencia de Dios, que vivían totalmente ajenos a él, pero de pronto sintieron en su interior una llamada que les hizo vibrar y se adentraron en el conocimiento del Creador, todos ellos han sentido un amor tan inmenso al Sumo Hacedor que lo han proclamado a los cuatro vientos, porque después de las tinieblas han visto la luz, ellos han podido bajarse del autobús del ateísmo.
Un autobús que les conducía por senderos oscuros y tortuosos, con las luces apagadas, con un calor asfixiante que les ahogaba, la ruta era insegura y tenebrosa, los obstáculos se hacían insalvables, el camino no tenía sentido, no llevaba a ninguna parte, el final del trayecto se intuía lúgubre y sin esperanza. Cuándo cambiaron de autobús su vida se transformó, el nuevo autobús les ha llevado por senderos luminosos llenos de paz y amor, el camino se ha enderezado, la ruta se ha convertido en un alegre caminar, las luces del autobús están siempre encendidas, el final del trayecto enlaza con la verdadera vida, ya no hay temor. Dios está a su lado.
María del Carmen Antoja
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