Comida rápida, productos light, congelados, transgénicos, ecológicos… Quién iba a decir a nuestros abuelos que algo tan básico como el comer se iba a complicar tanto; o que una terminología tan variada se emplearía para conseguir lo mismo que con su tradicional “potaje”: una alimentación sana. Pero no nos engañemos: el secreto de nutrirse bien sigue consistiendo en “tomar un poco de todo, sin abusar de nada”. Así lo recuerda Iciar Astiasarán, profesora de Nutrición y Bromatología, quien destaca, además, la importancia de la familia en la transmisión de unos saludables hábitos alimentarios.
Autor: Iciar Astiasarán
He comido muchas cosas, algunas que ningún hombre debería comer (por ejemplo, grelos). Algunas cosas no he tenido oportunidad de probarlas (mi lista incluye canguro, delfín, ballena, hormigas y saltamontes) y otras todavía no me he atrevido (los ojos de cualquier bicho) pero estoy trabajando en ello. Lo bueno de poner cierto empeño en comer alimentos diferentes es que descubres cosas que no sabías y nadie te cuenta, como, por ejemplo, que las filloas de sangre son mucho más ricas que las otras. Ahora me encuentro con el crítico de cocina de Vogue, Jeffrey Steingarten, que ofrece su programa de seis pasos para aprender a comer de todo. Lo sabe bien, porque cuando le ofrecieron el puesto tenía varias fobias sobre cocina que le hubiesen limitado en su trabajo.
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