Cierta vez, una mujer que suponía estar teniendo visiones de Dios fue a pedir consejo al obispo.
Éste le recomendó:
-Usted puede estar creyendo en ilusiones. Debe entender que,como obispo de la diócesis,soy yo quien puede decirle si sus visiones son verdaderas o falsas.
-Sí,Excelencia.
-Ésa es mi responsabilidad,mi deber.
-Perfectamente,Excelencia.
-Entonces,debe hacer lo que le mande.
-Eso haré,Excelencia.
-Entonces,escuche: la próxima vez que Jesús se le aparezca,como dice que se le aparece,le hará usted unas preguntas, por lo que sabré si es realmente Dios.
-De acuerdo,Excelencia. ¿Pero cuáles son esas preguntas?
-Dígale a Dios: "Por favor,revéleme los pecados personales y privados del Señor Obispo". Si realmente es Dios quien se le aparece,Él le revelará mis pecados. Después vuelva aquí y cuénteme,y a nadie más. ¿Está bien?
-Así lo haré,Excelencia.
Después de un mes,ella pidió una entrevista con el obispo,que le preguntó:
-¿Se le apareció Dios de nuevo?
-Creo que sí,Excelencia.
-¿Le hizo la pregunta que le mandé?
-Ciertamente,Excelencia.
-¿Qué le dijo Dios?
-Dios me dijo: "¡Vaya a comunicarle al obispo que me olvidé de todos sus pecados!".
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¿Qué les parece? Ningún libro donde apuntar los pecados. ¿Saben una cosa? Dios no mantiene ningún registro, ningún catálogo. Él nos ve en el momento presente y nos envuelve con un amor insuperable.
Comentarios
ademas demasiado machista.