Las Naciones Unidas tienen el derecho a intervenir si un Estado no logra defender los derechos humanos del propio pueblo o protegerlo en caso de desastres naturales o crisis políticas, dijo Benedicto XVI, este jueves al visitar la ONU en la primera etapa de su viaje apostólico a la ciudad de Nueva York. Estas acciones no pueden verse como “coacciones injustificadas”, aseguro, ni como “un límite de la soberanía nacional”.
“Por el contrario, dijo, es la indiferencia o la falta de intervención lo que causa un daño real”.Por este motivo, denunció la paradoja «del consenso multilateral que sigue padeciendo una crisis a causa de su subordinación a las decisiones de unos pocos, mientras que los problemas del mundo exigen intervenciones conjuntas por parte de la comunidad internacional».
Las Naciones Unidas, continuó, no pueden aceptar las amenazas
de una ciencia y una tecnología que vayan contra la ética, pues se convertirían en «una clara violación del orden de la creación», poniéndose en contradicción del «carácter sagrado de la vida», despojando a la «persona humana misma y a la familia de su identidad natural».
El Papa para terminar, lanzó un llamamiento a apoyar a los pueblos “que permanecen al margen de un auténtico desarrollo integral” y que se vuelven a menudo terreno fértil para violaciones de los derechos humanos y el terrorismo.
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